El salón ordenado, la cama hecha, ventilada la habitación, la comida preparada y la cocina limpia. Se imponía las obligaciones que le sentaban bien. El teletrabajo la mantenía ocupada de lunes a viernes. Los días festivos eran más difíciles de soportar. Se sentó en la cama para ponerse las zapatillas de deporte. Quitarse la pereza y caminar. Siempre iba en contra de lo que quería hacer y a favor de lo que tenía que hacer. Convivir consigo misma, con… Seguir leyendo
No son nuestros últimos años: Un cuento de Navidad que invita a la esperanza

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